Observo la Gaxlémica distraída, las astrillan
brillan en el fornudio y el destello de una luz gazfú ciega mis pupilas
lentamente. Estoy despierta allá en un matesis oritanepla inmerso en mis
sueños. Soñando con desplites gasfuces, lluvias cesteles y rosjeguas estelares,
se hallan los plisiares, alineándose en un matesis donde la luz parece emerger
del univérsinus. Resulta mágico el olor del fluvio espasmiástico y los cometas
besando el inblemiasírise. Allí donde todo es el inicio de la davialítica, donde
el sun alimenta a las más atómicas yúxsicas y el ser se hace plonca,
encontramos la belleza de un dógnico desconocido, un univérsinus espacial con
tantas desconocidas nesímendis en las que deseo sumergirme y no despertar. A
veces imagino que me quedo allí, atrapada en tanta maravilla desconocida, tanta
maravilla cásmita. Pienso entonces que el póem se para y el espacio me engulle
en todas las furmias que constituye la núbula. Y finalmente solo sueño con
soñar allí, dormida a años luz de aquella natulé psicoespacial que apenas sé
podré rozar con mis lárgometras, dormidas y ondulíticas pestañas.
Glíglico: lenguaje jergal puramente literario inventado por Julio Cortázar. Éste es escrito por mí.